Ezequiel 10:1-13 TLAD

1 De pronto vi que arriba de la cúpula que estaba sobre los cuatro seres con apariencia extraña, había algo que parecía un trono. Era tan azul que parecía estar hecho de zafiro.

2-8 En ese momento Dios le ordenó al escritor:«Métete entre las ruedas que están debajo de los cuatro seres, toma un puñado de los carbones encendidos que hay allí, y espárcelos por toda la ciudad».Aquel hombre obedeció y se metió entre las ruedas, pero se quedó junto a una de ellas. Entonces, debajo de las alas de los cuatro seres apareció algo semejante a una mano. Uno de los seres extendió la mano hacia el fuego, tomó algunos carbones y se los dio al escritor.Cuando esto sucedió, los cuatro seres todavía estaban en la parte sur del templo. Una nube cubría el patio interior, y el gran resplandor de Dios, que estaba por encima de los seres, se elevó y fue a detenerse a la entrada del templo. En ese momento la nube llenó el templo, y todo el patio se iluminó con el resplandor. Era tanto el ruido que los cuatro seres hacían con sus alas, que podía oírse hasta el patio de afuera. ¡Parecía como si Dios mismo estuviera hablando!

9-10 Al lado de los cuatro seres vi cuatro ruedas, una junto a cada uno de ellos. Las ruedas eran todas iguales y brillaban como si fueran piedras preciosas. Estaban puestas en forma de estrella, y parecían estar encajadas la una dentro de la otra.

11 Podían girar en cualquier dirección, sin tener que darse vuelta. Eso permitía que los seres siempre pudieran avanzar de frente.

12 Los seres tenían ojos en todo el cuerpo: en la espalda, las manos, las alas, y hasta en las cuatro ruedas.

13 Y pude oír que a las ruedas les pusieron por nombre «carruaje».