13 ”Tú, Jerusalén, te has hecho rica injustamente; tus asesinatos me ponen furioso.
14 Cuando decida castigarte, no tendrás ánimo ni fuerzas para enfrentarte conmigo. Yo soy tu Dios, y lo que digo lo cumplo.
15 Te dispersaré por todo el mundo, y así te limpiaré de tus pecados.
16 Por tu culpa, todas las naciones hablarán mal de mí, pero al final reconocerás que yo soy el Dios de Israel”».
17 Dios también me dijo:
18 «Para mí, los israelitas son como la basura que queda en el horno después de fundir diferentes metales.
19 Por eso quiero dejar esto bien claro con ellos: Puesto que son como basura en el horno, voy a juntarlos dentro de Jerusalén