16 »Yo cuidaré de mi pueblo como cuida un buen pastor a sus ovejas. Mi pueblo anda perdido, pero yo lo buscaré. Se ha apartado del camino, pero yo lo haré volver. Anda herido, pero yo vendaré sus heridas. Está débil, pero yo le daré fuerzas. Y aun cuando esté gordo y fuerte, cuidaré de él.
17 »Y a ustedes, pueblo mío, quiero decirles que seré justo, tanto con los débiles como con los fuertes. Algunos de ustedes son como las ovejas, otros son como los carneros y otros son como los chivos.
18 Algunos de ustedes no se conforman con comerse el mejor pasto, sino que pisotean el pasto que no se comieron. A otros les gusta beber el agua clara, pero con las patas revuelven toda el agua.
19 Y así, los más débiles tienen que comerse el pasto pisoteado y beberse el agua revuelta.
20 »Yo juzgaré a los fuertes y a los débiles. Les doy mi palabra.
21 Ustedes los fuertes empujan a los débiles, y los hacen a un lado; además, los atacan y los hacen huir.
22 Pero yo soy su juez, y voy a protegerlos. No dejaré que vuelvan a aprovecharse de ellos,