1 Resín, rey de Siria, y Pécah, rey de Israel, se unieron para atacar a Ahaz, rey de Judá, que se encontraba en la ciudad de Jerusalén. Trataron de conquistar la ciudad, pero no lo consiguieron.
2 En esa ocasión, el rey Ahaz y su familia se enteraron de que los sirios se habían aliado con los israelitas del norte. Al oír esto, el rey y el pueblo se pusieron a temblar de miedo, como tiemblan las hojas de los árboles cuando sopla el viento.
3 Entonces Dios le dijo a Isaías:«Toma a tu hijo Sear-iasub y preséntate ante el rey Ahaz. Lo encontrarás cerca del canal que trae el agua del estanque superior. Ese canal está en el camino que va al Campo del Tintorero.
4 Allí le dirás al rey lo siguiente:“Ten cuidado, pero no te asustes;el rey Resín y el rey Pécah están furiosos,pero no les tengas miedo,pues no son más que un fuegoque sólo echa humo y pronto se apaga.
5-6 Ellos piensan hacerte daño;quieren invadir el territorio de Judá,conquistarlo y llenar de miedo a su gente.Piensan poner como rey al hijo de Tabeel.
7 Pero Dios ha dicho:‘¡Eso no sucederá jamás!
8-9 Damasco es tan sólo la capital de Siriay Resín no es más que su rey;Samaria es tan sólo la capital de Israely Pécah no es más que su rey.Dentro de sesenta y cinco añosIsrael dejará de ser una nación.Pero si tú y tus oficialesno confían en mí,que soy el Dios de Israel,serán derrotados por completo.’”»