5 «Yo te elegí antes de que nacieras;te aparté para que hablaras en mi nombrea todas las naciones del mundo».
6 Le contesté:—Dios todopoderoso, yo no sé hablar en público, y todavía soy muy joven.
7-9 Pero Dios me tocó los labios y me dijo:—No digas que eres muy joven. A partir de este momento tú hablarás por mí. Irás a donde yo te mande, y dirás todo lo que yo te diga. No tengas miedo, que yo estaré a tu lado para cuidarte.
10 Desde hoy tendrás poder sobre reinos y naciones, para destruir o derribar, pero también para levantar y reconstruir.
11-13 Luego Dios me hizo dos preguntas:—Jeremías, dime, ¿qué ves?Yo le respondí:—Veo la rama de un almendro. Sus frutos son los primeros en madurar.Entonces me dijo:—Tienes razón. Yo soy el primero en hacer cumplir mis palabras. Pero, ¿qué más ves?Le respondí:—Veo en el norte una olla hirviendo, que está por volcarse hacia el sur.
14 Entonces Dios me explicó:«Desde el norte voy a enviar un terrible castigo sobre todos los que viven en este país.
15 Ya lo he decidido. Estoy reuniendo a todos los reinos del norte, y vendrán y pondrán sus tronos a la entrada misma de Jerusalén. Atacarán a sus habitantes y a todos los que viven en Judá, y se los llevarán presos.