37 Yo estoy muy enojado con mi pueblo, y por eso lo he dispersado por muchos países. Pero en el futuro volveré a reunirlos, haré que vuelvan a Jerusalén, y entonces vivirán tranquilos y seguros.
38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
39 Haré que tengan buenos pensamientos, y que cambien de conducta. Así me respetarán siempre, y eso será provechoso para ellos y para sus hijos.
40 Haré con ellos un pacto que durará para siempre. Estaré con mi pueblo en todo momento, y lo ayudaré; haré que me respete, y que no vuelva a alejarse de mí.
41 Con todo mi corazón volveré a establecerlo en esta tierra, y mi mayor alegría será que mi pueblo esté bien.
42 »Yo, el Dios de Israel, declaro: Así como le di a mi pueblo este castigo, también le daré todo lo bueno que le he prometido.
43 Ahora mi pueblo dice que esta tierra es un desierto, y que no tiene gente ni animales porque yo la puse en manos de los babilonios. Pero yo les aseguro a todos que volverán a comprar terrenos en este país.