19 Pero ustedes no se queden ahí. Sigan al enemigo. ¡Que nadie escape a sus ciudades! Nuestro Dios nos dará la victoria sobre el enemigo».
20 Josué y su ejército mataron a muchos amorreos, pero algunos de ellos pudieron escapar y se refugiaron en sus ciudades.
21 Todos los soldados de Josué volvieron sanos y salvos al campamento en Maquedá donde Josué estaba. Y nadie de los que allí vivían se atrevía a hablar mal de los israelitas.
22 Luego Josué ordenó que se abriera la entrada de la cueva y que llevaran ante él a los cinco reyes.
23-24 Entonces abrieron la cueva y le llevaron a los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón. Josué llamó a todo el ejército israelita y ordenó a sus oficiales: «Acérquense y pónganles el pie en el cuello a estos reyes».Así lo hicieron,
25 y Josué les dijo: «¡Anímense! ¡Sean fuertes y no tengan miedo! Tengan confianza, porque esto es lo que Dios va a hacer con todos los enemigos de ustedes».
26 Luego Josué mató a los cinco reyes, hizo que colgaran a cada uno de un árbol, y mandó que los dejaran allí hasta el anochecer.