7 Josué, con todo su ejército, los atacó por sorpresa cerca del arroyo de Merom,
8 y Dios les dio la victoria a los israelitas. Ellos atacaron y persiguieron a sus enemigos hacia el norte, hasta la gran ciudad de Sidón y hasta Misrefot-maim, y al este hasta el valle de Mispá. Los guerreros de Josué siguieron peleando hasta no dejar a nadie con vida.
9 Además, Josué cumplió con lo que Dios le había ordenado: dejó inútiles los caballos y les prendió fuego a los carros de guerra.
10 En esa época, el rey de Hasor gobernaba sobre los otros reinos de la región. Así que después de la batalla Josué y sus guerreros fueron a Hasor y la atacaron. Tomaron la ciudad, y mataron al rey
11 y a todos los que vivían allí. No quedó nadie con vida, y la ciudad fue incendiada.
12 Josué conquistó todas estas ciudades con sus reyes, y les ordenó a sus guerreros: «Maten a todos sus habitantes, tal como nos lo mandó Moisés, el servidor de Dios».
13 Los israelitas no le prendieron fuego a ninguna de las ciudades construidas sobre los cerros, sino solamente a la ciudad de Hasor.