12 Pero la tribu de Manasés no pudo echar a los cananeos de esas ciudades, y todavía están allí.
13 Después, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, no desalojaron a los cananeos, pero los obligaron a trabajar para ellos.
14 Un día los descendientes de José le dijeron a Josué:—Dios nos ha bendecido y ahora somos muchos, pero sólo nos has dado una porción de territorio. Necesitamos más.
15 Josué les respondió:—Ya que ustedes son muchos y no les alcanza el territorio de Efraín, vayan a la región de los ferezeos y de los gigantes refaítas, y ábranse espacio en los bosques que allí hay.
16 Ellos dijeron entonces:—Es verdad. No cabemos en la región montañosa de Efraín. Pero los cananeos que viven en el valle tienen carros de hierro, tanto los de Bet-seán y de las aldeas a su alrededor, como los del valle de Jezreel.
17 Josué respondió de esta manera a los descendientes de José, es decir, a Efraín y a Manasés:—Ustedes son muchos y muy poderosos, así que les daré más de una porción de territorio.
18 Toda la región montañosa será de ustedes. Allí hay bosques, pero ustedes podrán desmontarlos y adueñarse de ese territorio. Es cierto que los cananeos son fuertes y tienen carros de hierro, pero ustedes los echarán del territorio.