18 Pero los israelitas no pudieron matarlos, porque sus líderes habían prometido en el nombre del Dios de Israel, que no los matarían. Entonces el pueblo protestó contra sus líderes,
19 y ellos se defendieron diciendo:—Recuerden que prometimos en el nombre del Dios de Israel, que no les haríamos daño.
20 Tenemos que dejarlos vivir, pues de lo contrario, Dios nos castigará.
21 Pero ellos tendrán que trabajar para nosotros cortando leña y acarreando agua.
22 Pero Josué mandó llamar a los gabaonitas y les preguntó:—¿Por qué nos engañaron diciendo que venían de lejos, cuando en realidad viven aquí cerca?
23 Por esto, Dios los condena a ser esclavos, y de ahora en adelante cortarán leña y acarrearán agua para el santuario de mi Dios.
24 Ellos le respondieron:—Si mentimos, fue porque teníamos miedo de perder la vida. Nosotros sabemos bien lo que el Dios de ustedes prometió a Moisés y a todo el pueblo de Israel. Prometió que les daría toda la tierra, y mandó matar a todos sus habitantes.