14 Si ni siquiera conocen los pensamientos de la gente, ¿cómo van a conocer las intenciones del Dios que creó todo lo que existe?»¡Compatriotas, por ningún motivo hagan enojar a Dios!
15 Él es libre de hacer con nosotros lo que quiera, y puede negarse a ayudarnos en estos cinco días. Dios tiene el poder para ayudarnos, o para dejarnos morir delante de nuestros enemigos.
16 Así que no intenten obligarlo a cambiar sus planes. Recuerden que Dios no es como nosotros; él no siente miedo ante las amenazas, ni permite que se le diga lo que debe hacer.
17 Por eso, lo mejor que podemos hacer es pedirle que nos ayude, ¡y podemos confiar en que lo hará! Si Dios quiere salvarnos, escuchará nuestra oración.
18 »Tenemos una ventaja: hace mucho tiempo que ninguno de nosotros adora a esos dioses falsos que la gente fabrica. ¡En todo el país no hay nadie que adore a los ídolos! Nuestros antepasados sí lo hicieron,
19 y por eso Dios los castigó. En ese tiempo nuestros enemigos les causaron un daño muy grande a nuestros antepasados: les robaron todo lo que tenían, y los mataron.
20 Pero hoy día, nosotros sólo adoramos al Dios verdadero. Por eso confiamos en que él no nos abandonará.