24 »¡Demos a nuestros compatriotas un buen ejemplo de confianza! De nosotros depende la vida de ellos, y que el templo de Dios no sea destruido.
25 »¡Demos gracias a nuestro Dios, que nos ha puesto a prueba, como lo hizo con nuestros antepasados!
26 Recuerden lo que le hizo a Abraham, y las pruebas por las que hizo pasar a Isaac. También acuérdense de lo que le pasó a Jacob en Mesopotamia, cuando cuidaba las ovejas de su tío Labán.
27 Dios les mandó esas pruebas para que ellos fueran mejores personas, y lo mismo está haciendo con nosotros. ¡De ninguna manera quiere vengarse de nosotros!
28 Entonces, Ozías le respondió:—Sin duda, has dicho la verdad.
29 No es la primera vez que te oímos hablar con sabiduría. Desde que eras una niña has demostrado ser muy inteligente y bondadosa. ¡Todo el mundo lo sabe!
30 Sin embargo, debes comprender que la gente se está muriendo de sed. Por eso no tuvimos más remedio que hacer ese juramento. Ahora no podemos echarnos atrás.