27 Dios les mandó esas pruebas para que ellos fueran mejores personas, y lo mismo está haciendo con nosotros. ¡De ninguna manera quiere vengarse de nosotros!
28 Entonces, Ozías le respondió:—Sin duda, has dicho la verdad.
29 No es la primera vez que te oímos hablar con sabiduría. Desde que eras una niña has demostrado ser muy inteligente y bondadosa. ¡Todo el mundo lo sabe!
30 Sin embargo, debes comprender que la gente se está muriendo de sed. Por eso no tuvimos más remedio que hacer ese juramento. Ahora no podemos echarnos atrás.
31 Ya que tú eres una mujer con mucha fe en Dios, pídele que envíe lluvias para que se llenen nuestras reservas de agua. Así no moriremos de sed.
32 Entonces Judit contestó:—Escuchen bien lo que les digo. Hoy haré algo que siempre será recordado en nuestra nación. Todos los padres se lo contarán a sus hijos.
33 Vayan esta noche a los portones de la ciudad, y me verán salir con mi empleada de confianza. Les aseguro que antes de que se cumpla el plazo de cinco días, Dios salvará a Israel gracias a mi intervención.