15 Gedeón le preguntó a Dios:—Pero mi Dios, ¿cómo podré librar a los israelitas? Mi grupo familiar es el más pobre de la tribu de Manasés, y yo soy el menos importante de toda mi familia.
16 Y Dios le contestó:—Podrás hacerlo porque yo estaré contigo para ayudarte. Derrotarás a los madianitas como si derrotaras a un solo hombre.
17 Entonces Gedeón se dirigió al ángel y le dijo:—Si cuento con la aprobación de Dios, dame una señal de que realmente es él quien me ha hablado.
18 Por favor, no te vayas de aquí hasta que yo vuelva. Quiero ofrecerte de comer.El ángel de Dios le aseguró:—Esperaré aquí hasta que regreses.
19 Gedeón se fue a su casa. Preparó un cabrito, y con diez kilogramos de harina hizo panes sin levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla. Lo llevó todo hasta el roble y se lo ofrendó a Dios.
20 El ángel le ordenó que pusiera la carne y los panes sobre una piedra, y que echara el caldo encima. Y Gedeón obedeció.
21 Por su parte, el ángel, con la punta del bastón que tenía en la mano, tocó la carne y los panes sin levadura. Enseguida salió fuego de la piedra y quemó toda la carne y los panes; luego el ángel de Dios desapareció.