3 Entonces sus parientes se fueron a hablar con los de Siquem. Éstos decidieron apoyar a Abimélec,
4 y le dieron mucho dinero, el cual sacaron del templo de Baal-berit para que matara a los otros hijos de Gedeón. Abimélec alquiló a unos bandoleros para que lo acompañaran,
5 y fue al pueblo de su padre. Allí, sobre una misma piedra mató a sus hermanos. El único que se salvó fue Jotam, el hijo menor de Gedeón, porque se había escondido.
6 Entonces toda la gente de Siquem se reunió con la de Bet-miló, junto al roble sagrado que está en Siquem, y nombraron rey a Abimélec.
7 Cuando Jotam se enteró de que habían nombrado rey a Abimélec, subió a lo más alto del monte Guerizim, y desde allí gritó con voz muy fuerte:«¡Oigan, gente de Siquem, lo que voy a contarles! ¡Así tal vez Dios los oiga a ustedes!
8 »En cierta ocasión los árboles salieron a buscar a alguien que reinara sobre ellos. Le pidieron al olivo que fuera su rey,
9 pero el olivo les respondió: “Para ser rey de los árboles tendría que dejar de producir aceite, el cual se usa para honrar a los dioses y a los hombres”.