4 Ruido ya no se escuchaen tus portones, Jerusalén.¡Qué triste es vertus calles desiertas!Los sacerdotes llorany las jóvenes se afligen.Todo en ti es amargura;ya nadie viene a tus fiestas.
5 Es tanto tu pecado,que Dios te castigó.El enemigo se llevó prisionerosa todos tus habitantes.Ahora el enemigo te dominay vive feliz y contento.
6 ¡Cómo has perdido, Jerusalén,la belleza que tuviste!Tus jefes, ya sin fuerzas,huyen de quienes los persiguen.¡Hasta parecen venados hambrientosen busca de pastos frescos!
7 Insistes en recordarque alguna vez fuiste rica.Ahora vives en la tristezay no tienes a dónde ir.Cuando el enemigo te conquistó,no hubo nadie que te ayudara.Cuando el enemigo te vio vencida,se burló de verte en desgracia.
8 Tanto has pecado, Jerusalén,que todos te desprecian.Los que antes te admirabanhoy se burlan al verte en desgracia.¡Ahora derramas lágrimas,y avergonzada escondes la cara!
9 ¡Asombrosa ha sido tu caída!¡No hay nadie que te consuele!Jamás pensaste en llegar a sertan despreciada,y ahora exclamas:«Mis enemigos me vencieron.¡Mira, Dios mío, mi aflicción!»
10 Dueño de todas tus riquezases ahora tu enemigo.Tú misma viste entrar en el templogente de otros pueblos,aunque Dios había ordenadoque no debían entrar allí.