55 Una vez lavada la mancha, el sacerdote volverá a examinarla, y si no ha desaparecido, se quemará el objeto, pues es impuro.
56 »Si al lavar la prenda, la mancha pierde su color, el sacerdote deberá cortar el pedazo de tela o cuero manchado.
57 Si más tarde vuelve a aparecer la mancha en el objeto, éste deberá ser quemado.
58 Pero si la mancha desaparece por completo, el objeto volverá a lavarse y se declarará puro.
59 »Éstas son las instrucciones en cuanto a los objetos manchados, para saber cuándo son impuros y cuándo no lo son».