23 »Nadie debe vender de manera definitiva su propiedad familiar. La tierra es mía. Ustedes sólo son mis huéspedes y están de paso en ella.
24 »Si acaso compran un terreno, deberán reconocer que el propietario anterior tiene derecho a recuperarlo.
25 »Si algún israelita queda en la miseria y se ve obligado a vender su propiedad, su pariente más cercano tiene el derecho de recuperarla por él, para que la propiedad vuelva a sus manos.
26 Si no tiene ningún pariente cercano, y puede conseguir por sí mismo el dinero para recuperarla,
27 deberá contar cuántas cosechas faltan hasta el siguiente año de liberación, y ése será el precio que deberá pagar.
28 »Si el que vendió no tiene dinero suficiente para recuperar su propiedad, el que compró seguirá siendo el dueño de la propiedad hasta el año de liberación. En ese año, la propiedad quedará liberada, y el dueño original la recuperará.
29 »Si alguien vende una casa construida en una ciudad protegida con murallas, tendrá un año de plazo para volver a comprarla.