20-23 «Cuando Aarón y sus descendientes sean consagrados como sacerdotes, me presentarán como ofrenda dos kilos de harina. Un kilo me lo ofrecerán en la mañana, y el otro kilo en la tarde.»Esa ofrenda de harina se preparará con bastante aceite, en una sartén, y me la presentarán cortada en pedazos. Luego la quemarán por completo, como una ofrenda de aroma agradable. De esa ofrenda nadie debe comer.»Esta ley no cambiará nunca».
24 Dios también le ordenó a Moisés
25 que les diera a los sacerdotes las siguientes instrucciones:«El animal que me ofrezcan para pedir perdón por el pecado lo deben matar en mi altar, el mismo lugar donde se matan los animales que se queman en mi honor.
26 El sacerdote que presente esta ofrenda comerá una parte de ella en el patio del santuario, que es el lugar apartado para eso.
27-30 »Si algo entra en contacto con esta ofrenda, será considerado tan especial como ella.»Si la carne del animal que se ofrece es cocinada en una olla de barro, ésta tendrá que romperse al terminar la ceremonia. Si es cocinada en una olla de bronce, la olla deberá ser raspada y lavada con agua.»Si la sangre del animal salpica el traje de algún sacerdote, la parte manchada se tendrá que lavar en un lugar especial.»Si la sangre es llevada al santuario para pedir mi perdón, no podrá comerse la carne; tendrá que ser quemada.»Ésta es una ofrenda especial, y sólo podrán comer de ella los sacerdotes.