2 En cierta ocasión, ellas fueron a la entrada del santuario para hablar con Moisés, Eleazar, los jefes del pueblo y todos los israelitas. Y les dijeron:
3 «Nuestro padre no fue uno de los que siguieron a Coré para rebelarse contra Dios. Sin embargo, también murió en el desierto a causa de sus pecados. Él nunca tuvo un hijo varón,
4 pero no es justo que por eso su nombre sea borrado de la lista de su familia. Es injusto que ahora no nos entreguen sus terrenos. Nosotras les rogamos que nos den un terreno, para vivir entre nuestros familiares».
5 Moisés fue a consultar a Dios,
6 y Dios le contestó:
7 «Las hijas de Selofhad tienen razón. Dales el terreno que era de su padre, para que puedan vivir entre sus familiares.
8 Y diles a los israelitas:»Si un hombre muere sin haber tenido hijos varones, sus propiedades serán de su hija.