1 Cuando ya estaban cerca de la ciudad de Caserín, que está frente a Nínive, el ángel le dijo a Tobías:
2 «Tú sabes en qué condiciones dejamos a tu padre.
3 Vamos a adelantarnos a Sara. Así prepararemos la casa para cuando ella llegue junto con los demás».
4 El ángel y Tobías se adelantaron, y el perro se fue tras ellos. El ángel le dijo a Tobías: «Ten lista la hiel del pescado».
5-8 Antes de llegar a la casa, el ángel le dijo a Tobías:«Estoy seguro de que tu padre volverá a ver. Si le pones la hiel del pescado en los ojos, se le quitarán las cataratas y volverá a ver».Ana estaba sentada, con la mirada fija en el camino. De repente, sin verlo ni oírlo, sintió que su hijo se acercaba, y le dijo a su esposo: «¡Ya viene tu hijo con su amigo!»