13 Entonces Tobit lo abrazó y le dijo: «¡Hijo mío, luz de mis ojos, ya puedo verte!»;
14 y alabó a Dios con estas palabras:«¡Bendito sea Dios!¡Bendito sea su gran poder!¡Benditos sean sus santos ángeles!¡Alabado sea Dios por siempre!Aunque me castigó,tuvo compasión de míy me permitió ver a mi hijo».
15 Tobías entró en la casa muy contento, alabando a Dios en voz alta. Luego le contó a su padre que había tenido un viaje sin problemas. También le dijo que traía la plata, que se había casado con Sara, la hija de Ragüel, y que ella estaba por llegar a Nínive.
16 Tobit salió entonces a la puerta de la ciudad a recibir a su nuera. Iba muy contento y alabando a Dios. Cuando la gente de Nínive lo vio caminando con paso seguro y sin ayuda, se sorprendió. Tobit les contó a todos que Dios había tenido compasión de él y le había devuelto la vista.
17 Al ver a Sara, la bendijo diciéndole:«¡Hija mía, bendito sea Dios que te trajo a nosotros! ¡Bendito sea tu padre, bendito sea mi hijo Tobías, y bendita seas tú!»¡Bienvenida, ésta es tu casa! ¡Que la bendición y el gozo de Dios estén siempre contigo!»
18 Ese día, todos los judíos que vivían en Nínive hicieron una gran fiesta.
19 Y Ajicar y Nadab, que eran sobrinos de Tobit, fueron a felicitarlo.