11 Recuerda que Dios bendice a los que ayudan a los necesitados, pero castiga con la muerte a los malvados. Espero que tú y tus hijos nunca se olviden de esto. En cuanto a mí, ya siento que se me acaba la vida...»Entonces lo acostaron sobre la cama, y murió. Después lo enterraron con honores.