13 ¡Por favor, quítame la vida!¡Ya no quiero oír tantos insultos!
14 »Dios mío,tú sabes que soy virgen;nunca he tenido relaciones sexuales.
15 Aunque soy prisionera en este país,nadie puede hablar mal de mí,ni tampoco de mi padre.Yo soy su única hija;no tiene otro heredero.No tengo pariente cercanocon quien pueda casarme.He tenido siete esposos,y todos han muerto;¿para qué seguir viviendo?»Pero si no quieres que yo muera,¡ten compasión de mí y escúchame!¡Ponle fin a tantos insultos!»
16-17 Mis oraciones y las de Sara fueron contestadas al mismo tiempo: Cuando volví del patio a mi casa, y ella bajó del segundo piso, Dios en su inmenso poder había resuelto todo, enviando al ángel Rafael para sanarnos. Yo recobré la vista y pude ver la luz. El malvado demonio Asmodeo dejó en paz a Sara, y ella pudo casarse con mi hijo Tobías y conservar su herencia. Y es que Tobías tenía más derecho a casarse con ella que cualquier otro pretendiente, pues era su pariente más cercano.