9 Luego se acostaron, y durmieron juntos esa noche.
10 Antes de que amaneciera, Ragüel se levantó y ordenó a sus sirvientes que cavaran una tumba. Pensó que, si Tobías había muerto, lo mejor sería enterrarlo. Y es que tenía miedo de que la gente se enterara de lo sucedido, y comenzara a insultarlo y a burlarse de él.
11 Cuando terminaron de cavar la tumba, Ragüel regresó a su casa y le dijo a su esposa:
12 «Pídele a una sirvienta que vaya a la habitación, a ver si Tobías está vivo. Porque si está muerto, lo enterraremos sin que nadie se dé cuenta».
13 Entonces, encendieron una lámpara, abrieron la puerta de la habitación y le dijeron a la sirvienta que entrara. Ella entró y encontró a Tobías y a Sara juntos y bien dormidos.
14 La sirvienta salió y les informó que Tobías estaba vivo, y que no le había pasado nada malo.
15 Al oír eso, Ragüel alabó al Dios del cielo de esta manera:«¡Bendito seas, Dios mío!Tú eres dignode las alabanzas más sinceras.¡Bendito seas por siempre!