10 Demas me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica, pues ama demasiado las cosas de este mundo. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia.
11 El único que está conmigo es Lucas.Marcos puede ayudarme mucho en mi trabajo, así que búscalo y tráelo contigo cuando vengas.
12 A Tíquico lo envié a la ciudad de Éfeso.
13 Cuando vengas, tráeme el abrigo que dejé en la ciudad de Tróade, en casa de Carpo. Trae también los libros, especialmente los pergaminos.
14-15 Cuídate de Alejandro, el herrero, pues me ha hecho mucho daño y está en contra de lo que enseñamos. Pero yo sé que el Señor Jesucristo habrá de castigarlo.
16 La primera vez que tuve que presentar mi defensa ante las autoridades de Roma, nadie me ayudó. ¡Todos me abandonaron! Le pido a Dios que no los castigue por eso.
17 Pero el Señor Jesucristo sí me ayudó, y me dio valor para anunciar su mensaje a gente de otros países. Así Dios me salvó de la muerte, como si me hubiera rescatado de la boca de un león hambriento.