10 »¡Que se nublen sus ojospara que no puedan ver!¡Que para siempre sus espaldasse doblen de tanto sufrir!»
11 Sin embargo, aunque los judíos no pudieron agradar a Dios, tampoco fallaron del todo. Más bien, por la desobediencia de los judíos, los que no son judíos pueden ser salvados por Dios. Y esto hará que los judíos se pongan celosos.
12 Ahora bien, si por la desobediencia de los judíos el resto del mundo recibió ayuda, ¡con más razón la recibirá cuando todos los judíos sean aceptados por Dios!
13 Lo que voy a decir ahora es para ustedes, los que no son judíos. Dios me ha enviado para trabajar entre ustedes, y para mí esa tarea es muy importante.
14 Espero que con esto algunos de mi país se pongan celosos de ustedes, y así Dios pueda salvarlos también a ellos.
15 Pues si Dios, al rechazar a los judíos, aceptó al resto de la humanidad, ¡imagínense cómo será cuando los judíos sean aceptados! ¡Los que ahora viven como muertos tendrán vida eterna!
16 Si alguien le ofrece a Dios el primer pan que hornea, en realidad le está ofreciendo toda la masa con que hizo el pan. Si a Dios se le ofrecen las raíces de un árbol, entonces también las ramas del árbol le pertenecen.