2 ¡Por supuesto que no! Nosotros ya no tenemos nada que ver con el pecado, así que ya no podemos seguir pecando.
3 Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte.
4 Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder.
5 Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida.
6 Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna.
7 Al morir, el pecado perdió su poder sobre nosotros.
8 Si por medio del bautismo morimos con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él.