30 Yo me refería a él cuando dije: “Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existe desde antes de que yo naciera.”
31 Yo no sabía quién era, pero Dios me mandó a bautizar con agua para que todos puedan conocerlo.
32 »Yo vi cuando el Espíritu de Dios bajaba del cielo en forma de paloma y se colocaba sobre él.
33 No sabía yo quién era él, pero Dios me dijo: “Conocerás al que bautiza con el Espíritu Santo cuando veas que mi Espíritu baja y se coloca sobre él.”
34 Ahora lo he visto, y les aseguro que él es el Hijo de Dios.»
35 Al día siguiente, Juan estaba en el mismo lugar con dos de sus discípulos.
36 Cuando vio que Jesús pasaba por allí, les dijo: «¡Miren, aquí viene el Cordero de Dios!»