10-11 Pero si camina de noche, tropieza porque le hace falta la luz. Nuestro amigo Lázaro está dormido, y yo voy a despertarlo.
12 Los discípulos le dijeron:—Señor, si Lázaro está dormido, para qué te preocupas.
13 Lo que Jesús quería darles a entender era que Lázaro había muerto, pero los discípulos entendieron que estaba descansando.
14 Por eso Jesús les explicó:—Lázaro ha muerto,
15 y me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes tendrán oportunidad de confiar en mí. Vayamos a donde está él.
16 Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, les dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros, para morir con Jesús.»
17-19 Como el pueblo de Betania estaba a unos tres kilómetros de la ciudad de Jerusalén, muchos de los judíos que vivían cerca de allí fueron a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes.