1 Jesús continuó diciendo a sus discípulos:«Yo soy la vid verdadera, y Dios mi Padre es el que la cuida.
2 Si una de mis ramas no da uvas, mi Padre la corta; pero limpia las ramas que dan fruto para que den más fruto.
3 Ustedes ya están limpios, gracias al mensaje que les he anunciado.
4 »Si ustedes se mantienen unidos a mí, yo me mantendré unido a ustedes. Ya saben que una rama no puede producir uvas si no se mantiene unida a la planta. Del mismo modo, ustedes no podrán hacer nada si no se mantienen unidos a mí.