2 Ustedes van a ser expulsados de las sinagogas; y llegará el día en que cualquiera que los mate creerá que le está haciendo un favor a Dios.
3 Esa gente hará esto porque no me han conocido a mí, ni han conocido a Dios mi Padre.
4 Pero les digo esto para que, cuando suceda, recuerden que ya se lo había dicho.»Yo no les dije esto desde un principio porque estaba con ustedes,
5 pero ahora que regreso para estar con Dios mi Padre, ninguno de ustedes me pregunta a dónde voy.
6 Sin embargo, se han puesto muy tristes por lo que les dije.
7 En realidad, a ustedes les conviene que me vaya. Porque si no me voy, el Espíritu que los ayudará y consolará no vendrá; en cambio, si me voy, yo lo enviaré.
8-11 »Cuando el Espíritu venga, hará que los de este mundo se den cuenta de que no creer en mí es pecado. También les hará ver que yo no he hecho nada malo, y que soy inocente. Finalmente, el Espíritu mostrará que Dios ya ha juzgado al que gobierna este mundo, y que lo castigará. Yo, por mi parte, regreso a mi Padre, y ustedes ya no me verán.