14 Allí, en el templo, encontró a algunos hombres vendiendo bueyes, ovejas y palomas; otros estaban sentados a sus mesas, cambiando monedas extranjeras por monedas judías.
15 Al ver esto, Jesús tomó unas cuerdas, hizo un látigo con ellas, y echó a todos fuera del templo, junto con sus ovejas y bueyes. También arrojó al piso las monedas de los que cambiaban dinero, y volcó sus mesas.
16 Y a los que vendían palomas les ordenó: «Saquen esto de aquí. ¡La casa de Dios, mi Padre, no es un mercado!»
17 Al ver esto, los discípulos recordaron el pasaje de la Biblia que dice: «El amor que siento por tu templo me quema como un fuego.»
18 Luego, los jefes de los judíos le preguntaron a Jesús:—¿Con qué autoridad haces esto?
19 Jesús les contestó:—Destruyan este templo, y en sólo tres días volveré a construirlo.
20 Los jefes respondieron:—Para construir este templo fueron necesarios cuarenta y seis años, ¿y tú crees poder construirlo en tres días?