10 Entonces Pedro y el otro discípulo regresaron a sus casas.
11 María se quedó afuera de la tumba, llorando. Mientras lloraba, se inclinó para ver dentro de la tumba,
12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco. Estaban sentados, uno donde había estado la cabeza de Jesús y el otro donde habían estado sus pies.
13 Los ángeles le preguntaron:—Mujer, ¿por qué estás llorando?Ella les respondió:—Porque alguien se ha llevado el cuerpo de mi Señor, y no sé dónde lo habrá puesto.
14 Apenas dijo esto, volvió la cara y vio a Jesús allí, pero no sabía que era él.
15 Jesús le dijo:—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?María pensó que estaba hablando con el que cuidaba el jardín donde estaba la tumba. Por eso le dijo:—Señor, si usted se ha llevado el cuerpo que estaba en esta tumba, dígame dónde lo puso y yo iré a buscarlo.
16 Jesús le dijo:—María.Ella se volvió y le dijo:—¡Maestro!