1-3 Los fariseos se enteraron de que el número de seguidores de Jesús aumentaba cada día más, y de que Jesús bautizaba más que Juan el Bautista. Cuando Jesús se dio cuenta de que los fariseos se habían enterado de eso, salió de la región de Judea y regresó a Galilea.
4 En el viaje, tenía que pasar por Samaria.
5 En esa región llegó a un pueblo llamado Sicar. Cerca de allí había un pozo de agua que hacía mucho tiempo había pertenecido a Jacob. Cuando Jacob murió, el nuevo dueño del terreno donde estaba ese pozo fue su hijo José.
6 Eran como las doce del día, y Jesús estaba cansado del viaje. Por eso se sentó a la orilla del pozo,
7-8 mientras los discípulos iban al pueblo a comprar comida.En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo. Jesús le dijo a la mujer:—Dame un poco de agua.
9 Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó:—¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana?