29 María se sorprendió mucho al oír un saludo tan extraño, y se preguntaba qué significaba eso.
30 Entonces el ángel le dijo:—No tengas miedo, María, porque Dios te ha dado un gran privilegio.
31 Vas a quedar embarazada; y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús.
32 Este niño llegará a ser muy importante, y lo llamarán “Hijo del Dios altísimo”. Dios lo hará rey, como hizo con su antepasado David;
33 gobernará a la nación de Israel para siempre, y su reinado no terminará nunca.
34 María le preguntó al ángel:—¿Cómo pasará esto, si aún no me he casado?
35 El ángel le contestó:—El Espíritu Santo se acercará a ti; el Dios altísimo te cubrirá con su poder. Por eso el niño vivirá completamente dedicado a Dios, y será llamado “Hijo de Dios”.