29 «Ahora, Dios mío,puedes dejarme morir en paz.»¡Ya cumpliste tu promesa!
30 »Con mis propios ojoshe visto al Salvador,
31 a quien tú enviastey al que todos los pueblos verán.
32 »Él será una luzque alumbraráa todas las naciones,y será la honrade tu pueblo Israel.»
33 José y María quedaron maravillados por las cosas que Simeón decía del niño.
34 Simeón los bendijo, y le dijo a María: «Dios envió a este niño para que muchos en Israel se salven, y para que otros sean castigados. Él será una señal de advertencia, y muchos estarán en su contra.
35 Así se sabrá lo que en verdad piensa cada uno. Y a ti, María, esto te hará sufrir como si te clavaran una espada en el corazón.»