1-4 Los judíos, y en especial los fariseos, siguen la costumbre de sus antepasados, de no comer sin antes lavarse las manos debidamente. Cuando llegan a sus casas después de haber ido al mercado, no comen nada de lo que compran allí sin antes lavarlo bien.Cierto día, se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la Ley que habían venido de Jerusalén. Al ver que los discípulos de Jesús comían sin lavarse las manos, comenzaron a criticarlos.
5 Y le preguntaron a Jesús:—¿Por qué tus discípulos no siguen las costumbres que desde hace mucho han practicado nuestros antepasados? ¿Por qué comen sin haberse lavado las manos?
6 Jesús les respondió:—¡Ustedes son unos hipócritas! Dios tenía razón cuando dijo por medio del profeta Isaías:“Este pueblo dice que me obedece,pero en verdad nunca piensa en mí.
7 De nada sirve que ustedes me alaben,pues inventan reglasy luego las enseñandiciendo que yo las ordené.”
8 »Ustedes desobedecen los mandamientos de Dios para poder seguir enseñanzas humanas.
9 Han aprendido muy bien la manera de rechazar los mandamientos de Dios para seguir sus propias enseñanzas.