1 David reunió en Jerusalén a todos los jefes y autoridades de Israel. Cuando todos estaban reunidos,
2 David se puso de pie y les dijo:«Compatriotas y líderes de mi pueblo, escúchenme con atención: Yo quería construirle un lugar permanente al cofre del pacto, para que allí nuestro Dios reinara; y ya estaba preparado para hacerlo.
3-4 »Nuestro Dios decidió que de la tribu de Judá saldría un rey que gobernaría por siempre en Israel. Por eso eligió a mi familia, y de entre todos mis hermanos me eligió a mí. A pesar de esto, Dios no me permitió construirle el templo, porque yo había participado en muchas guerras y había matado a mucha gente.
5 »Sin embargo, de entre todos los hijos que Dios me ha dado, él eligió a Salomón como rey para que gobierne en su nombre sobre Israel.
6 Además, Dios me prometió que Salomón construirá el templo y sus salones, y que lo tratará como a un hijo.
7 Y si Salomón se esfuerza y obedece todos sus mandamientos como lo hace ahora, Dios hará que su reino sea firme y permanezca para siempre.
8 »Dios y todo Israel son testigos de lo que estamos haciendo. Por eso, en este día, delante de ellos, les pido a ustedes, los líderes del pueblo, que respeten y obedezcan todos los mandamientos de Dios; sólo así seguirán viviendo en esta tierra fértil, y podrán dejársela a sus hijos para siempre».Luego el rey David se volvió a su hijo Salomón y le dijo: