20 Luego le rogó a Dios en voz alta: «Dios mío, ¿cómo puedes traer tal desgracia sobre esta viuda, que me recibió en su casa? ¡No dejes morir a ese niño!»
21 Luego de haber dicho esto, Elías se tendió tres veces sobre el cuerpo del niño y en voz alta le rogó a Dios: «¡Dios mío, Dios mío, devuélvele la vida a este niño!»
22 Dios escuchó la oración de Elías, y el niño volvió a vivir.
23 Entonces Elías tomó al niño, lo bajó del primer piso, se lo entregó a su madre y le dijo:—Mira, tu hijo vive.
24 La mujer le contestó:—Ahora sé que de veras eres profeta de Dios, y que tus mensajes vienen de él.