1 En la ciudad de Jezreel, vivía un hombre llamado Nabot. Allí tenía una plantación de uvas al lado del palacio de Ahab, rey de Samaria.
2 El rey le dijo a Nabot:—Quiero comprarte tu viñedo. Como está al lado de mi palacio, quiero sembrar allí verduras. Yo te daré un mejor lugar para cosechar uvas o, si lo prefieres, te pagaré con dinero.
3 Pero Nabot le contestó:—¡Ni quiera Dios! No le daré a usted lo que mis padres me dejaron al morir.
4 Entonces Ahab se fue a su palacio enojado y triste. Después se acostó en su cama mirando hacia la pared y no quiso comer.
5 Su esposa Jezabel fue a verlo y le preguntó:—¿Por qué estás tan triste y no quieres comer?
6 Ahab le respondió:—Porque le pedí a Nabot que me vendiera su plantación de uvas. Le dije que se la iba a pagar o que si prefería le daría un lugar mejor. Pero él me respondió que no me la dará.