2 Mientras vivió el sacerdote Joiadá, Joás obedeció a Dios en todo.
3 Se casó con dos mujeres que Joiadá eligió para él, y tuvo muchos hijos e hijas.
4 Un día, Joás decidió reparar el templo de Dios;
5 reunió a los sacerdotes y a los ayudantes de éstos y les dijo: «Es urgente que vayan por todas las ciudades de Judá y recojan las ofrendas que el pueblo debe dar cada año, para así reparar el templo. ¡Háganlo de inmediato!»Sin embargo, los ayudantes de los sacerdotes no le dieron importancia a la orden del rey.
6 Entonces Joás mandó llamar a Joiadá, jefe de los sacerdotes, y le reclamó:«¿Por qué no has enviado a tus ayudantes a recorrer Judá y Jerusalén, para que recolecten la contribución que Moisés y los israelitas acordaron dar para el templo?
7 Recuerda que los hijos de la malvada Atalía robaron muchas cosas del templo de Dios, y que hasta se llevaron nuestros utensilios para adorar a sus dioses falsos».
8 Entonces, el rey mandó hacer un cofre para que lo pusieran en la entrada del templo de Dios.