2 Crónicas 32:21-27-29 TLA

21 En respuesta, Dios envió un ángel que mató a los valientes soldados y jefes del ejército del rey de Asiria. A Senaquerib no le quedó más remedio que regresar a su país lleno de vergüenza. Y cuando entró al templo de su dios, sus propios hijos lo mataron.

22 Así fue como Dios libró a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén del poder de Senaquerib, rey de Asiria. También los libró del poder de todos sus enemigos, y les permitió vivir en paz con los pueblos vecinos.

23 En agradecimiento por todo eso, muchos llevaron a Jerusalén ofrendas para Dios, y valiosos regalos para el rey Ezequías. Desde ese día, el rey se hizo muy famoso en todas las naciones.

24 En esos días, Ezequías se puso tan enfermo que estaba a punto de morirse. Sin embargo, le pidió a Dios que lo sanara, y Dios le dio una señal de que así lo haría.

25 Pero Ezequías fue tan orgulloso que no le dio gracias a Dios por su ayuda. Entonces Dios se enojó tanto que decidió castigar a Ezequías, y también a todos los de Judá y de Jerusalén.

26 Sin embargo, Ezequías y los que vivían en Jerusalén se arrepintieron de su orgullo. Así, mientras Ezequías estuvo con vida, Dios dejó en paz a los habitantes de Judá y de Jerusalén.

27-29 Dios permitió que Ezequías llegara a tener grandes riquezas y honores. Y fue tanto lo que llegó a poseer, que se construyó lugares para guardar las enormes cantidades que tenía de oro, plata, piedras preciosas, perfumes, escudos y objetos valiosos.También construyó bodegas para almacenar los cereales, el vino y el aceite. Ordenó construir establos para las muchas clases de ganado que tenía, y también hizo corrales para los rebaños. Además, ordenó construir varias ciudades.