10 Una vez que los sacerdotes estuvieron listos y sus ayudantes se organizaron por grupos, de acuerdo a las órdenes del rey, empezaron la celebración de la Pascua.
11-13 Los sacerdotes sacrificaron los animales de la Pascua y rociaron el altar con la sangre. Los ayudantes les quitaron la piel a los animales, y les sacaron la grasa para darle a cada familia la parte que le correspondía quemar ante Dios. Luego asaron los animales para la fiesta, y el resto de las ofrendas de Dios las cocinaron en ollas, calderos y sartenes. Todo eso lo repartieron entre la gente del pueblo, y así cumplieron con lo que había ordenado Moisés.
14-15 Los ayudantes de los sacerdotes no sólo tuvieron que cocinar su propia parte, sino también la que les tocó a todos aquellos que estuvieron muy ocupados como para hacerlo por sí mismos. Los sacerdotes, por ejemplo, estuvieron ocupados hasta el anochecer, presentando la grasa y las ofrendas que fueron quemadas. Los cantores estuvieron ocupados siguiendo las indicaciones que habían dejado David, Asaf, Hemán y Jedutún, el profeta del rey. Y los encargados de vigilar las entradas del templo tampoco pudieron dejar su puesto.
16 Así fue como organizaron todo lo que se necesitó para celebrar la Pascua, y para quemar sobre el altar las ofrendas presentadas a Dios. Todo se hizo según las instrucciones del rey Josías.
17 Durante siete días, los israelitas celebraron la fiesta de la Pascua y de los panes sin levadura.
18-19 Cuando Josías cumplió dieciocho años de gobernar, tanto él como los sacerdotes y el pueblo celebraron la Pascua en Jerusalén. Nunca antes se había festejado la Pascua de esa manera; ni en la época en que gobernó el profeta Samuel, ni en la época de los reyes que gobernaron Israel antes de Josías.
20 Mucho tiempo después de que Josías reparara el templo, Necao, rey de Egipto, salió en plan de guerra hacia Carquemis, junto al río Éufrates. Josías pensó que Necao quería atacarlo;