1 Entonces Salomón dijo:«Dios mío,tú siempre has vivido en la espesa nubeque acompaña al santuario.
2 Pero ahora,te he construido una casa,para que vivas allí para siempre».
3 Luego el rey se dio vuelta y miró a todo el pueblo de Israel, que se había reunido y estaba de pie. Entonces los bendijo.
4 Y exclamó:«Bendito sea el Dios de Israel, que ha cumplido lo que le prometió a mi padre, pues le dijo:
5 “Desde que saqué de Egipto a mi pueblo, no he elegido ninguna ciudad de las tribus de Israel para que se construya en ella mi templo. Tampoco elegí a ningún hombre para que fuera el gobernante de Israel, mi pueblo.