10 Pero Elías le contestó:—Ya que soy profeta, pido que caiga fuego del cielo y te queme a ti y a tus cincuenta soldados.Enseguida cayó fuego del cielo y mató al capitán y a los cincuenta soldados.
11 Luego el rey mandó a otro capitán con cincuenta soldados más. Cuando el capitán encontró a Elías le dijo:—Profeta, el rey te ordena que bajes rápidamente.
12 Pero Elías le contestó:—Ya que soy profeta, pido que caiga fuego del cielo y te queme a ti y a tus cincuenta soldados.Y volvió a caer fuego del cielo, y mató al capitán y a los cincuenta soldados.
13-14 El rey mandó por tercera vez a otro capitán con cincuenta soldados. Pero este capitán subió a donde estaba Elías, se arrodilló delante de él y le rogó:—Profeta, ya sé que los soldados que vinieron antes de mí murieron consumidos por el fuego que cayó del cielo. Te suplico que no nos mates, ¡somos tus esclavos! ¡Por favor, perdónanos la vida!
15 El ángel de Dios le dijo a Elías: «Puedes ir con él. No le tengas miedo». Entonces Elías bajó y fue con el capitán a ver al rey.
16 Al llegar, Elías le dijo al rey: «Dios no te va a sanar, sino que morirás, pues has consultado con Baal-zebub, el dios de Ecrón, como si en Israel no hubiera Dios».
17 El rey Ocozías murió como se lo había anunciado Dios por medio de Elías. Y como Ocozías nunca tuvo hijos, en su lugar reinó su hermano Joram. Esto sucedió durante el segundo año del reinado de Joram hijo de Josafat en Judá.