8 Tamar fue a la casa de Amnón, y lo encontró acostado. Entonces tomó harina, preparó la masa, hizo panes y los puso a hornear. Mientras tanto, Amnón no le quitaba la vista de encima.
9 Cuando el pan estuvo listo, Tamar lo puso sobre la mesa. Pero Amnón no quiso levantarse a comer, sino que le dijo a Tamar: «Ordena a los sirvientes que salgan de aquí».En cuanto los sirvientes salieron,
10 Amnón le dijo a Tamar:—Tráeme el pan a la cama, y dame de comer en la boca.Tamar tomó el pan y se lo llevó a su hermano hasta la cama.
11 Pero cuando ya estuvo cerca, Amnón la agarró por la fuerza y le dijo:—Ven, hermanita, acuéstate conmigo.
12 Tamar le contestó:—No, hermano mío; no me obligues a hacer algo tan malo y vergonzoso. Aquí en Israel, eso no se hace.
13 Si me violas, yo tendré que vivir con esa vergüenza y tú quedarás en Israel como un malvado. Yo te ruego que le pidas al rey que me deje ser tu esposa. Estoy segura de que él aceptará.
14 Pero Amnón no le hizo caso. Y como era más fuerte que ella, la forzó a tener relaciones sexuales con él.