25 Usted sabe que todo lo que Abner le ha dicho es mentira; él sólo ha venido a espiar».
26-30 En cuanto Joab salió de hablar con David, mandó a decirle a Abner que regresara, pero sin decírselo a David.Abner ya había llegado al pozo de Sirá, pero regresó a Hebrón. Tan pronto como llegó a la entrada de la ciudad, Joab lo llevó aparte, como si quisiera decirle algo a solas, y le clavó un cuchillo en el estómago. Así fue como Joab y su hermano Abisai se desquitaron de la muerte de su hermano Asael en la batalla de Gabaón.Cuando David supo lo que había pasado, dijo:«Juro por Dios que ni yo ni mi gente tenemos la culpa de la muerte de Abner. Que Dios castigue a Joab y a toda su familia. Que entre ellos siempre haya enfermos. Que la piel se les pudra y sus heridas no se cierren. Que haya entre ellos cojos, y que se mueran de hambre o que los maten en la guerra».
31-34 Luego David les dijo a Joab y a todos los que estaban con él: «En señal de tristeza, rompan la ropa que llevan puesta y vístanse con ropas ásperas, y lloren por Abner».Abner fue enterrado en Hebrón. El día que lo enterraron, el rey David iba adelante del grupo. Toda la gente lloraba mucho, y también el rey lloraba sin consuelo ante la tumba de Abner. Y decía:«¡Abner no merecía morir así!¡Bien pudo haber escapado!¡También pudo haberse defendido!En cambio, ¡murió asesinado!»La gente no dejaba de llorar,
35 y todo el día le insistieron a David que comiera algo. Pero David les respondía: «No comeré nada antes de que anochezca. Que Dios me castigue muy duramente si lo hago».
36 Esto que dijo el rey le pareció bien a la gente, ya que todo lo que David hacía les agradaba.
37 La gente se dio cuenta de que el rey no era culpable de la muerte de Abner.
38 Luego el rey les dijo a sus oficiales: «¿Se dan cuenta de que hoy ha muerto en Israel un gran hombre?