28-30 Yo mismo, no soy más sabio que nadie. Pero en el cielo hay un Dios que conoce todos los misterios.»Mientras Su Majestad dormía, pensaba mucho en el futuro y comenzó a soñar. Pues bien, Dios ha hecho ver a Su Majestad, en esos sueños, lo que está por suceder. Y a mí, me ha dado a conocer el significado de esos sueños.