5 »Si el esclavo dice con toda sinceridad: “Yo no quiero ser libre, pues amo a mi esposa, a mis hijos y a mi dueño”;
6 deberán llevarlo al santuario, y allí le perforarán la oreja. Con esa marca se sabrá que el esclavo es de su dueño para siempre.
7 »Si alguien vende a su hija como esclava, debe tener en cuenta que ella no saldrá libre como los esclavos varones.
8 »Si el que la compra no la quiere como esposa, porque no le gusta, deberá permitir que alguien de su propio pueblo pague por su libertad, pero no podrá vendérsela a ningún extranjero.
9 »Si el que la compró quiere que ella se case con su hijo, deberá tratarla como a una hija.
10 »Si el que la compró se casa con ella, y luego se casa con otra, no podrá quitarle a la que fue esclava sus derechos de esposa, ni podrá darle menos comida o ropa.
11 Si le quita estas tres cosas, ella quedará libre sin tener que pagar nada por su libertad.